Che la Russia rispondesse all'aggressione della Georgia all'Ossezia del Sud era inevitabile.
Analizza bene la situazione l'inviato a Mosca del Paìs, Pilar Bonet:
(..) Si Rusia no hubiera mandado sus tanques a Tsjinvali, Moscú hubiera perdido su credibilidad, y sus compromisos en defensa de los osetios del sur se hubieran convertido en papel mojado. Además de un nuevo torrente de refugiados y un efecto dominó sobre los problemas del Cáucaso del Norte, el Kremlin hubiera tenido que afrontar en breve plazo el mismo problema en la fronteriza y separatista Abjazia, un territorio compacto y con mayor potencial de combate que Osetia del Sur.
Al haber intervenido, el Kremlin se arriesga a ser acusada de practicar una política imperial y a que se enfríen sus relaciones con Occidente, pero ha hecho lo que había dicho y lo que su sociedad le pedía. Está por ver hoy si Rusia se limitará a la ayuda a los separatistas o reconocerá la independencia de Osetia del Sur aduciendo el precedente de Kosovo.
El eslabón más débil tras el fin de la URSSPilar Bonet, El Paìs, 9 agosto 2008
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